sábado, 25 de junio de 2016

Por qué Ciudadanos se dará un tortazo electoral

La campaña electoral de Ciudadanos ha sido un desastre. Y mira que empezaron bien. ¿Alguien sabe qué es lo que venden? En las últimas dos semanas sólo he escuchado dos palabras: ‘acuerdo’ y ‘sillones’, dos términos que no evocan absolutamente nada y que, en todo caso, retrotraen a las interminables y nada fructuosas negociaciones de la mini legislatura más larga y cansina de la Historia. ¿Acuerdo para qué exactamente? Y en cuanto a los sillones, da igual que hables de ellos para decir que no los estás buscando. Lo único que consigues es atar tu imagen y tu partido a esa palabra tan fea.

El segundo fallo garrafal ha sido ayudar a la polarización de la campaña entre el PP y Podemos, hablando de la corrupción y de Venezuela —temas que sólo dan votos a estas dos formaciones— en vez de centrarse y bombardear con lo único que puede ofrecer un partido nuevo de centro: la regeneración democrática. Incluso han adoptado una expresión, ‘extremismos’, que repiten continuamente para referirse a estos dos partidos y que sólo ayuda a reforzar la idea de que las próximas elecciones se juegan a cara o cruz.

Por último, la personalidad de Albert Rivera. Se le ve ansioso y excesivamente cansado, incluso atolondrado. Con Susanna Griso llegó a decir que no le importaría dejar la política y que a veces piensa en retirarse. ¿A quién se le ocurre? Sí, puede parecer humilde y que no se aferra al sillón, pero la idea que cala en el subconsciente del electorado es que le falta motivación. O peor, que no le gusta lo que hace. Eso, obviamente, resta votos. En definitiva, Rivera ha perdido mucho impulso y transmite una imagen de perdedor que se conforma con salvar sus 40 escaños. No le auguro ningún buen resultado este domingo.

En mi opinión, Ciudadanos debería haber puesto encima de la mesa dos o tres propuestas muy claras y muy diferenciadas del resto enfocadas a regenerar el país y bombardear durante toda la campaña con eso, olvidando todo lo demás. Y por supuesto, aquí no vale lo típico de acabar con los aforamientos o las diputaciones; hay que ir más allá, buscar ideas muy básicas que apelen a las emociones de los votantes y con las que el ciudadano se pueda identificar fácilmente. Es decir, hacer que la gente se imagine cómo sería su día a día con esas medidas. Por ejemplo, en Educación, en vez de decir que vas a invertir más o que apuestas por un modelo mixto, decir que es un escándalo la cantidad de faltas de ortografía que cometen las nuevas generaciones y prometer que vas a acabar con eso. Cosas así.

Un partido nuevo se tiene que diferenciar del resto. Por eso es absurdo prometer más de lo mismo y decir que tú lo vas a hacer mejor. Los ciudadanos ya asumimos que todos los políticos mienten. Y por cierto, la próxima vez mejor presentar a Inés Arrimadas.

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