jueves, 17 de marzo de 2011

Una imagen vale más que mil palabras

Ver a todas esas personas huyendo despavoridas, oír esos sonidos de ambulancias por todas partes, la alarma nuclear de fondo llamando a la gente a refugiarse en sus casas, las máscarillas, el desabastecimiento, el caos circulatorio y las colas en los aeropuertos de Tokio realmente da escalofríos. Es la viva imagen del apocalipsis. El vídeo está grabado hoy mismo.



No, no veréis estas imágenes en TVE ni en la web de El País o El Mundo. Tampoco pedirán perdón por lo que están haciendo, como no lo pidieron cuando el alarmismo de la gripe A.

2 comentarios:

  1. 1. Los japoneses tienen por norma no mostrar emociones o expresar sus sentimientos públicamente pues ello puede hacer daño al grupo y contagiar emociones negativas a otros. Un japonés no llora en público si puede evitarlo, no grita corre o se convierte en presa de la desesperación si puede evitarlo. Todos fingen normalidad, calma y entereza por solidaridad con el grupo. Son un ejemplo de estoicismo cívico.

    http://www.elpais.com/articulo/pais/vasco/Flor/loto/elpepuespvas/20110316elpvas_18/Tes

    2. La administración japonesa se ha decantado por dosificar la información y dar poca información intentanto no transmitir pánico o desasosiego a la sociedad. La información llega con cuentagotas, se intenta transmitir tranquilidad en todo momento. Nadie sabe exactamente cuál es el estado real de la crisis en Fukushima y mucho menos los ciudadanos. Puede que el gobierno esté ocultando o no esté ocultando información para que no se genere una situación de histeria pero lo que si es cierto es que en las peores circunstancias posibles este asunto es preocupante y que el mismo director de la Organización internacional de la energía atómica, que no es precisamente Greenpeace o el PSOE, diga que la situación es "muy grave" es porque la situación no es un accidentillo doméstico.

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  2. Vamos a ver, estoy de acuerdo en que no estamos ante un "accidentillo doméstico". Pero ahora la prioridad son los miles de desaparecidos y los cientos de miles de desplazados por el terremoto y el tsunami. Eso es lo que estoy intentando denunciar en este humilde blog.

    El alarmismo de la prensa con lo que pase o deje de pasar en la central nuclear solo está sirviendo para generar pánico y para desviar el foco de atención de la que, por el momento momento, es la única crisis humanitaria.

    Por otro lado, ser estoico no significa ser tonto, y si los habitantes de Tokio pensaran que sus vidas corren peligro, no creo que se quedaran tan anchos esperando el Apocalipsis.

    En cualquier caso, la falta de escrúpulos de determinados medios y políticos, intentando aprovechar una desgracia de esta magnitud para colar sus campañas antinucleares, sobra.

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